Friday, September 25, 2009

Zonar TV Samuel Mesinas

Acamonchi Detonadores Artshow Mexico City December 2006

Zonar TV Samuel Mesinas

Los 'Detonadores' de Acamonchi
En las calles responde al nombre de Acamonchi; en las aduanas se identifica como Gerardo Yépiz; unos dicen que es grafitero , otros que diseñador gráfi co, los más irreverentes lo identifican como artista emergente de aquel movimiento ya tan sobado llamado Nortec. Al fin, lo que se dice de él es un gran mito, como Tijuana mismo, donde apareció a principios de los noventa con sus esténciles de reciclamiento de la iconografía pop mexicana.

"La idea que le he vendido a la gente de mi trabajo me ha favorecido al grado de crear un mito", en tono de confesión asevera Acamonchi, horas después de su más reciente inauguración titulada Detonadores, la cual presenta a manera de retrospectiva en la Galería El Particular (Vizcaínas 22, Centro Histórico). De aquella época han pasado más de 16 años y aunque su cabellera larga, sus pantalones militares llenos de bolsas y sus s udaderas con capucha le hagan parecer un adolescente que busca tatuar a la ciudad con sus adhesivos o calcomanías, Yépiz hoy tiene más de 30 años y hace tiempo que abandonó las bardas, donde, acepta, "no he pasado gran tiempo grafiteando ".

Despojado de las ideologías románticas que a todo artista le rondan a la hora de comercializarse, Acamonchi bien puede hacer un gráfico para MTV, diseñar para Vans, exponer en Londres o en un café de la Roma, inclusive en la galería El Particular, espacio cada vez más intermitente en el mapa de sitios culturales del Centro Histórico.

"Confieso que a la Ciudad de México la he rayado menos de cinco veces en un lapso de cinco años, pero el trabajo ha tenido un impacto", acota. " Sí he grafi teado, pero realmente poco, sólo que ha sido en puntos estrátegicos.

Así que, sin querer, he aplicado la mercadotecnia en el contexto grafitero. Tengo muchos conflictos porque dicen los grafiteros que casi no 'rayo', y tienen razón, pero a ellos no les pagan por salir a rayar. Yo capitalizo abiertamente con eso, y no tengo niingún problema aunque tenga una formación política de izquierda, pero manejo mucho el cinismo y el humor", de manera desenfada Yépiz suelta.



De las piezas que presenta Acamonchi en Detonadores sobresale el recicle que hace de materiales pobres, cartón y papel estrasa, en las que se observa su depurada técnica serigrafista, así como el control de válvulas, registros y del diseño en computadora. Pero también aparece su vena de pintor, ya que presenta tres óleos de gran formato, donde mezcla varias técnicas.

"Para rayar no tengo tanto tiempo, ya que antes de hacerlo me documento, hago registro fotográfico y video. El proceso es complejo pero a la vez es espontáneo y no me lo tomo tan en serio. Cuando trabajo veo qué papel me sobra, qué colores te ngo que usar antes de que se sequen en las latas; se trata de reutilizar el material de desecho."

Sobre estos materiales, los cuales no son perdurables, inclusive se rompen con facilidad, comenta, son parte de una propuesta efímera que se traslada de las muros callejeros a las galerías, lo mismo underground que comerciales.

"Me tomo muy en serio para trabajar , pero cuando termino ya no los quiero ver. Se exponen en varias partes, no me encariño con las cosas que hago, y no me refi ero a mi trabajo como 'obra', me fastidia la palabra, para mí son piezas, ensayos de color. La seriedad está en el proceso, no en los resultados. Bueno, ahora se venden porque estás comprando un pedazo de historia, ya que ha pasado de un lugar a otro, de una galería en San Diego o España, pero realmente responden a su carácter efímero."

Para Yépiz el discurso callejero está agotado o los personajes para trabajar se están acabando, "están saturados, casi puedo predecir lo que van a hacer, es como hacer solos de guitarra todo el tiempo. Y por eso me dije que ya no quiero hacer lo mismo, de ahi surgen los lienzos, donde aparece una complejidad técnica, donde uso altos contrastes, negativos para aplicarlos de una manera cada vez menos predecible".

"Estoy peleando contra mis propias malas copias, entonces por eso comienzo a profundizar más en los temas y me acerco a la pintura, ahora he estado experimentando con marcadores de aceite, crayolas industriales, trazos que son más permanentes, así como incorporar geometría y composiciones accidentadas, descarapelar el cartón para pintar sobre él, o imprimir, insertarle cosas, hacerle hoyos; el cartón me permite hacer cosas que el lienzo, el papel o la madera, no lo permiten", detalla.

Acerca de ese traslado de sus piezas, ir de la calle hacia dentro de la galería, Yépiz señala que afuera las cosas son más breves y sintetizadas, mientras que en la sala no se tiene la presión del tiempo, así como se puede para preparar piezas con mayor calidad. "Pertenezco a una generación de artistas que tiene énfasis en las ideas, comprometerse con su trabajo, que parte de romper con el molde solemne del arte, hacer un trabajo menos aburrido, correr los riesgos de la experimentación."

Y acerca de esas imágenes de Raúl Velasco con su "Aún hay más ", y de Luis Donaldo Colosio portando un sombrero texano y amenazando con vengarse, las cuales crearon el mito Acamonchi, Yépiz concluye: "Fue una broma local que cobró carácter nacional, después se salió de control y ya era broma de todos. Pienso que hice lo correcto en el momento correcto, sólo eso. Creo que ahora ya pasamos a otra cosa, estamos más allá de analizar de qué manera nos afecta la cultura pop mexicana. Pero como soy conferencista y hablo de esto, me echen la culpa de todo lo que pasa... Y sí, soy el principal responsable", ríe. (Sam Mesinas) .

© 2006. editorial kif.

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