Entrevista en Excelsior Mexico D.F. 3 de Enero 2010

Gerardo Yépiz (Acamonchi), artista plástico. Desde NY lucha por una nueva identidad mexicana a través de su arte

“Soy de una generación que quiso correr riesgos”

Por Pierre-Marc René
pierre.marc@nuevoexcelsior.com.mx

Gerardo Yépiz, reconocido internacionalmente como Acamonchi, originario de Ensenada, vive desde hace 12 años en
Estados Unidos, donde ha desarrollado su arte, volviéndose uno de los artistas callejeros más importantes del mundo. Simple y lleno de admiración, pero también triste por ciertas decisiones de su patria, aceptó responder a las preguntas de Excélsior.

—Gerardo, te has vuelto estrella de tu país a escala internacional, ¿cómo te sientes?
—No puedo evitar reírme de esto, agradezco mucho la atención y las oportunidades que he recibido. En esencia soy la misma persona que salió de México hace 12
años. Siento una gran responsabilidad de compartir mi experiencia y mi estilo de vida, no solamente como artista o diseñador gráfico, sino también como activista en dos áreas, principalmente: el vegetarianismo–veganismo y la promoción del ciclismo urbano. Ahora tengo más experiencia y constantemente figuro en los medios, en el área educativa.

—¿En México no podías tener la posibilidad de avanzar con tu arte y promover tus ideas?
—Hablando particularmente de la escena de Tijuana, de la que he sido parte esencial, se hubiera dado de alguna manera u otra.
He tratado de no tener una visión cuadrada de la vida y en general ser dinámico. Pero San Diego me ofreció más en el plano de la comida saludable, la medicina naturista y la onda del ciclismo, Eso me interesa tanto como estar a tono conceptualmente o involucrado en una comunidad.

—Vives actualmente en Nueva York, ¿cuáles son las principales diferencias que, como artista, ves en estas ciudades?
—En México trabajaba como diseñador gráfico y de páginas de internet. Cuando me mudé a San Diego traté de colocarme en la misma área, pero fue difícil, y el choque cultural me afectó muchísimo. Sin embargo, lo mejor de mi carrera se desarrolló justo en San Diego, como diseñador y como artista plástico. Me ayudó bastante el empuje de la cultura tijuanera. “Ahora, estando en Nueva York, estoy tratando de entender el medio, esta semana tuve mi primera colaboración colectiva y poco a poco voy conociendo a otros artistas, checando sus estudios, etcétera. La vida aquí te obliga a dedicarte más, no puedes dejarlo al azar, ya que estás compitiendo constantemente por esos espacios y por esas oportunidades.”

nómada enamorado
Acamonchi se mudó de Ensenada a Tijuana, Luego a San Diego, y actualmente vive en Nueva York. Salió de México en 1997, siguiendo una relación personal, “Me
enamoré, me casé y formé una familia, al igual que muchos compañeros de mi generación: Nunca con la intención de emigrar y superarme. La idea del sueño americano para mí es una estupidez. Me niego a jugar ese papel. Pasé 12 años en San Diego, ahora estoy en Nueva York, pasando otra etapa de mi vida. Es nuevamente una relación personal lo que inspiró esta transición”. Es promotor del vegetarianismo-veganismo y del ciclismo urbano, sus dos pasiones y formas de vivir aparte del arte.


—¿Qué quisiste aportar al arte?
—Cuando comencé era satisfacer mis propias inquietudes. Al paso del tiempo me involucré en proyectos como fanzines (revistas para fanáticos), la promoción
de grupos y obviamente la cultura del skateboard. Conté un poco la historia del medio donde crecí y creé arte con ese sabor, a escala internacional lucho por una nueva identidad mexicana. La de un mexicano moderno, progresista y escapándose de los clichés. He sido una muestra de una generación que decidió correr riesgos.

—Fuera del país, ¿cómo percibes a México?
—Cuando pienso en todo el país, estando mi familia en el noroeste de México, y toda la problemática relacionada con la frontera, como el narcotráfico,
la inseguridad y la violencia, lo percibo como una olla de presión a punto de explotar. “ D e s e m pleo, fraudes y el hecho de que algunas ciudades dependían casi exclusivamente de la industria del turismo de Estados Unidos y que ahora casi todo eso ha desaparecido, ha afectado fuertemente la economía de la región. Es obvio que si la economía de una ciudad no se puede mantener,no habrá mucho apoyo a las artes y a la educación. Se puede sentir ese aire de incertidumbre y de pesimismo en el trabajo de muchos artistas.”

—¿Qué propuesta tienes para que México sea mejor?
—Algunas cosas en las que siempre pienso es en no formar parte de los medios, como la televisión. Las telenovelas son espantosas y es la principal fuente de dogma, enajenación, consumo y apatía... Menos carros y más bicicletas. ¡Bicicletas para todos! “El apoyo a la educación, a las artes. Pienso que el orgullo nacional debería radicar en contribuciones personales dirigidas, en lugar de celebraciones religiosas o borracheras. Voto por una nación de individuos fuertes con espíritu comunitario. Ésa es mi propuesta, mi sueño y, ciertamente, mi utopía.”