Ventolin star
Por rafa saavedra
rafadro.blogspot.com
Ensenada, su ciudad natal, le quedaba ya chica ("Ensenada empieza con Ense, termina con Nada o con uno", dice sin asomo de nostalgia), le impedía respirar esos aires peligrosamente urbanos que tanto ansiaba aspirar pero que, por su condición de asmático, le estaban prohibidos.
Llego a Tijuana a principios de los noventa para estudiar la carrera de Diseño Gráfico; en su entonces ya habitual backpack cargaba ejemplares de su revista Necrofilia (grafismo, poesía de remanente dadaísta y mucha mala leche en cut-ups). El sueño revistero terminó cuando le llegó una
carta de Gobernación (el nombre, quien lo diría, atrae el morbo censor y controlador), pero eso no importo gran cosa, ya había cambiado: la city le abrió los ojos, le proporcionó un puñado de amigos en el carril extremo y le llevo a los clubes alternativos, al encuentro con una cultura que despedía a todo lo dogmático y se apuntaba, claro que sí, al hedonismo de gran colorido. Recaló en aquella Comunidad de Oxido que editaba El Centro de la Rabia y organizaba raves seminales para los Happy Children of the
Revolution. Terminó siendo el diseñador estrella -haciendo puro 360° de cultura pop-, de la primera explosión fanzinera en la Tijuana de los noventa. Estaba, pues, en la cresta de la ola.
El Señor Acamonchi "editor de revistas, diseñador, cyber shaman, artista postal, maestro de graffiteros, fan confeso de Mocedades y skater en etapa de reencuentro- siempre tiene respuestas, nunca se calla. Si le preguntas cómo se definiría su trabajo, te contestaría algo así: "Lo puedo definir en dos partes: diseño gráfico y lo del arte. En cuanto al diseño gráfico, web y publicaciones, en general trato de mantener una línea abierta a las nuevas corrientes. Experimentar para lograr una reacción específica con el público, pero sin perder el impacto y la capacidad de comunicar; no me gusta abusar de los recursos. Por el lado del arte son cuestiones más íntimas donde no busco una respuesta específica y, raras veces, me detengo a pensar en la reacción de la gente. Por lo general, mi trabajo se basa en
imágenes monocromáticas que son fáciles de reproducir; esto lo hago por que estoy interesado en hacer que mi trabajo llegue a lugares donde yo no puedo ir físicamente (aquí estoy hablando del Arte Postal). Conceptualmente el trabajo es pre hispánico, con un tinte surreal en los personajes y situaciones, el toque posmo se lo da el aerosol" y, si lo dejas continuar, agregaría "Algo que es constante dentro de mis influencias es que debe existir el sentimiento de ruptura", para luego aspirar una vez más su Ventolin.
Su peculiar sentido del humor (buñueliano, muy punkie, totalmente desfasado y absurdo), la estética pop enfermiza (de los niños con Síndrome de Down a los Raúlvelasco sadomasoquistas), el valor situacionista (su arte practica la deriva, hace suya la calle), el desenfado beatnik colaboracionista, los juegos de palabras propias del snobground y su pasión por Internet le llevarían por otros rumbos.
Un buen día cruzo la frontera para ver el reestreno de Star Wars, visitar una porno shop y probar el "american way of life" y nunca volvió a mirar atrás. Desde aquel lado, expande su campo de acción, enlaza y proyecta otras miradas, quizás más híbridas y post irónicas, más guerrillera, más comprometida con su tiempo. Ahora, quien lo iba decir, tiene vecinos afroamericanos que le repiten sin cesar: Play the funk play the funk... funk funk funk unk unk nk. Yo! Yo! Nuwattamseyn!
Pd: Acamonchi rules!
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